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Política en loop o la máquina de producir promesas
Por JUDITH SAVLOFF
"La gran transformación-La gran transformación- La gran transformación- Juntos hagamos la gran tarea-Juntos hagamos la gran tarea- Construyamos esperanzas- Construyamos esperanzas-El gran cambio está en marcha-Tu seguridad y el compromiso-Tu seguridad”..
Así, una y otra vez, y con voz de sintetizador, suena la obra de José Luis Martinat, artista limeño radicado en Suecia, que exhibe la galería Vigil Gonzales, nuevo espacio dedicado al arte contemporáneo del Microcentro porteño -con sedes también en Cuzco y Santo Domingo-.
Se trata de la instalación sonora inédita titulada País con futuro, igual que la muestra, en la que Martinat usa fragmentos de un vinilo homónimo que publicó la editorial peruana Meier Ramírez.
El disco reproduce constantemente eslóganes electorales de Perú, aunque bien podrían escucharse acá y en casi cualquier país de Occidente por más diversas que sean sus realidades. Y sí: el loop abruma. Tanto que, como resumió Martinat a Ñ en su paso por la Ciudad de Buenos Aires para la inauguración de la exposición, “quizá sirva para parar un ratito y prestar atención a eso que forma parte de nuestro mundo cotidiano y que fue diseñado para orientar votos”.
Si uno le hace caso, descubre más que frustración y bronca por promesas incumplidas. En principio, los lemas de campaña aparecen en este trabajo como cáscaras, moldes, formatos a rellenar. Así que la obra deja al desnudo una especie de máquina de producir candidatos e ilusiones y desilusiones colectivas.
Martinat reconoce que hay en su obra una “fijación con los discursos populistas que tratan de engatusar de modo parecido a la publicidad“. Cuenta: “Hay un discurso de Alan García en YouTube titulado ‘El mejor discursos de la historia del Perú’. Lo dio en un mitin en 2001 al regresar al país, tras nueve años, para postularse de nuevo a presidente. Está plagado de artificios, manejados con mucha destreza, para transmitir un mensaje bastante corto que finalmente enuncia: Déjese convencer peruano. Y remata recitando versos de La vida es sueño, de Calderón de la Barca. Este tipo de materiales me ha hecho seguir investigando, recolectando información y trabajando en torno a la palabra".
El artista aclara: “Yo no busco con mi obra apoyar a tal o cual sector ni dar respuestas respecto de los problemas de las democracias contemporáneas. No podría ni me corresponde. Pero sí pienso que esta instalación con el vinilo invita a enfrentar el efecto despolitizante de un discurso aparentemente vacío”.
La presentación de su muestra porteña apunta otro aspecto clave. Señala que la obra de Martinat se caracteriza por explorar “la relación entre el voto y la emocionalidad”, incluso en la política estadounidense y en la argentina.
Esto es clarísimo en la serie de grabados láser inspirados en abstracciones que se basan en la arquitectura de los escenarios donde candidatos dieron discursos. Las formas son despojadas y enigmáticas. Poemas minimalistas. Si una piensa en una armonía en clave contemporánea, ecos lejanos de la música que pintó Kandinsky. Y más. ¿Un pozo en el caso de Donald Trump? ¿Una larga pasarela en el de Cristina Kirchner? ¿Hilos cortados, puntadas sueltas, alambres atados y desatados, cortantes, en los del debate para las últimas presidenciales de Argentina?
Eternos retornos
Martinat (Lima, 1974) vive y trabaja en Suecia. Estudió en la Escuela de Fotografía y Films de la Universidad de Gotemburgo e hizo un Master en Artes en Malmö Fine Art Academy. Expuso en la Fundación Telefónica y el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Lima en 2013, en el Museo de Malmö en 2008, en el Centro de Arte Wysing de Cambridge en 2007 y en el Museo de Arte de Lima (MALI) en 2006 y 2008, y participó de la Bienal de Sharjah en 2009.
Además, trabajó en proyectos con su hermano José Carlos Martinat –cuya muestra sobre arte callejero apropiado y expuesto en la galería porteña Liprandi en 2010 desató furias y amenazas– en la Tate de Londres en 2013, el MoMA en 2017 y el Pérez Art Museum de Miami en 2018. Su obra integra las colecciones del Malmö Konstmuseum, del MALI y de la Ciudad de Gotemburgo, entre otras.
Estos trabajos podrían haber nacido en 2013, cuando Martinat presentó Eterno retorno, una instalación sobre videos de canciones populares vinculadas a la inmigración -Cuando pienses en volver, de Pedro Suárez Vértiz; Todos vuelven, de Los Morochucos, y Esta es mi tierra, de Augusto Polo Campos-, dado que marcó el rumbo de su obra hasta hoy. Rescatar, transformar y cuestionar las formas del poder. Trastocar soportes y siempre ir al hueso.
Además de audios e imágenes, Martinat viene juntando telas de plástico en mercados de Lima y pidiéndole a la familia Grados, encargada de bordar la banda presidencial de Perú desde hace unas 7 décadas, que estampe en ellas palabras, ideas, signos, que componen otro tipo de diseños abstractos. “Me agrada que las telas conserven lo raído y hasta perfumes de lo que envolvieron y de los mercadillos”, comenta.
Pero en estas obras no sólo invita a explorar sonidos y olores, además de mirar. Tampoco se queda en explorar las mutaciones de lo material y lo inmaterial. Ni sólo conjuga lo industrial y lo artesanal para tejer nuevos sentidos.
En Fe, crédito y futuro, una de las telas expuestas en Vigil Gonzales, pidió a los Grado que bordaran hilos de palabras que dibujan círculos superpuestos. Las palabras están encadenadas, sin signos de puntuación que las separen ni relacionen, pero se pueden reconocer en esa especie de diagrama de otros eternos retornos de Martinat.“Pecadoerrordeslizcumplimientocastigo”. "Salvaciónseguridadauxilio”. “Palabrapromesapropuesta”.
Una pequeña pieza, que va en ese mismo camino, brilla en Vigil Gonzales. Se trata de la instalación El juicio final: Los elegidos (2021): tres ladrillos sobre los que Martinat pintó sol y nubarrones que evocan el tríptico El juicio final, una joya de la Catedral de Lima, realizada por Vicente Carducho a comienzos del siglo XVII.
La obra es preciosa y, una vez que uno se sumerge, perturbadora. Combina “el imaginario religioso de la colonización y la precariedad de los materiales de construcción contemporáneos”. Es decir, religión y economía. Otra vez, en otro sentido, promesas de salvación y deudas. Todo mientras sigue sonando, de fondo, incesante el loop de la política según Martinat.
FICHA: Un país con futuro - José Luis Martinat
Lugar: Vigil Gonzales, Av. Roque Sáenz Peña 628, piso 4.
Horario: mié a vie de 15 a 19, o con cita en info@vigilgonzales.com Fecha: hasta marzo. Entrada: gratuita
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